8 julio 2023

ANÁLISIS DEL LOGO DE AEL ACADEMIA

"Además de marcar los prados naturales, la margarita tiene otra ventaja: es muy conocida por el gran público, que no tiene dificultad en identificarla". Olivier Aballain

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Cuando se observa el logotipo de AEL Academia, se ve una flor que evoca las fuertes raíces y la profunda esencia del lenguaje.

 

Pero eso no es todo: el diseño también revela una cautivadora visión de la transmisión de información, símbolo del enriquecedor intercambio de conocimientos.

 

Llama la atención el punto sobre la "i", en forma de una magnífica margarita gerbera azul. La margarita es una flor emblemática que se encuentra en todas partes, de Francia a Bélgica, pasando por Quebec. Encarna la lengua francesa más allá de los tópicos habituales, y ha sido celebrada por numerosos poetas. Autoras famosas también han llevado este florido nombre, como Marguerite Duras y Marguerite de Navarre en Francia, y Marguerite Yourcenar en Bélgica.

 

Las margaritas florecen en todas partes, desde el Reino Unido hasta el sur de Europa, desde Canadá hasta México, e incluso los altares de las iglesias de Yucatán están adornados con estas delicadas flores.

 

Este logotipo, diseñado por el fotógrafo belga-francés Alexandre Laurent, autor de excepcionales libros de fotografía aérea, da una dimensión internacional a mi sitio, que fue diseñado por una empresa de Quebec.

 

AEL Academia le abre un mundo de oportunidades. ¡Tome la vía rápida hacia lo mejor del mundo francófono y del mundo entero! Únete a nosotros para estudiar idiomas y déjate guiar por las margaritas de la Academia.

 

AEL Academia eres tú, ¡en el corazón de una experiencia lingüística única y floreciente!

 

Sobre el horizonte con colinas bruñidas,

El sol, esa flor de infinito esplendor,

Inclinándose sobre la tierra en la hora del atardecer;

Una humilde margarita, floreciendo en el borde de un campo,

Su muro gris se desmorona entre la avena salvaje,

Blanco, floreció su halo cándido;

Y la pequeña flor sobre el viejo muro,

Mirando fijamente al azul eterno,

La gran estrella derramando su luz inmortal,

- ¡Y yo también tengo rayos! - le dijo.

Victor Hugo (1802-1885), "La unidad".

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